Sábado Happiness' Guerrilla: noviembre 2006

Happiness' Guerrilla

Guerrilla:
f. Partida de tropa ligera, que hace las descubiertas y rompe las primeras escaramuzas
f. Partida de paisanos, por lo común no muy numerosa, que al mando de un jefe particular y con poca o ninguna dependencia de los del Ejército, acosa y molesta al enemigo
Felicidad:
f. Estado de grata satisfacción espiritual y física
f. Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz
(Diccionario RAE)

29 noviembre 2006

El monólogo es un género hipnótico

Mi principal duda sobre pagar 15€ para que me revienten la infancia es la misma que tiene Ofiusa cuando va al cine: ¿Cuánto dura la película? Se ve que no es la única porque este dato lo incluyen en el periódico junto al resumen de la peli. Entonces se hace un cálculo del coste por minuto y al precio que está la entrada no sale a cuenta ir a ver nada que dure menos de 2 horas. De ciencias tenía que ser...
La clave aquí es cuánto duraré yo...
Recordemos que al último monólogo, el del Luispi, fui empastillá con un cóctel Robaxisal-Myolastán-Paracetamol, que sí, me quitó ese dolor de cuello como de cargar el mundo a cuestas, pero me convirtió en seguramente la única persona que se ha quedado dormida durante dos horas en una sala con 500 personas riéndose.
Esto es lo que he podido rescatar, más de Youtube que de mi memoria:
"Todos los animales de la creación podrían protagonizar una película de esas en las que terminan con la Humanidad menos el caballito de mar....ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ......¿Qué coño vieron los esquimales para quedarse allí?.....ZZZZZZZZZZZZZZZZ.....¿Cada cuánto hay que echar a lavar un pijama?...............ZZZZZZZZZZZZZZ"
Y luego eran las 4 de la mañana. Con el cálculo del coste por minuto despierta me sale mal negocio.
Hay que reconocer que se duerme bien con el Myolastán. Pero muuuuuy bien. Bueno, y se queda uno de lo más relajado. Si no fuera por la dificultad en pronunciar... Ay, Dios mío, cómo me veo......

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27 noviembre 2006

Yogur con frutos secos

En este mundo hay tipos a los que de repente les da por salir de su casa en Alcalá de Henares y coger un autobús y dos Metros para ir a un concierto de Antony & The Johnsons para el que no han sacado entrada. A los que, porque sí, un cámara de una televisión local les pega un pase de backstage en la camisa. Que después del concierto entran en el camerino del grupo y se hacen una foto con Antony y Almodóvar. Que, mientras los demás están a lo suyo, se meriendan-cenan el catering de la banda y abandonan la escena del crimen con dos yogures Activia en los bolsillos "porque se iban a echar a perder".
Un tipo como éste tiene bien claro, cuando después se cuela en la fiesta que ha organizado mi amiga, que esta historia me la tiene que contar a mí.
- ¿De qué va esta fiesta?
- De impresoras
- No sabía que hubiera fiestas de impresoras
- Deduzco que no te ha invitado nadie
A esas horas la fiesta de las impresoras está en su éxtasis alcohólico y en su declive musical. Efectos secundarios de un concierto previo de Los Secretos que hemos esquivado con saña.
El tipo en cuestión muestra los trofeos de su aventura: el susodicho par de yogures y un disco firmado por la banda. Carrie se materializa, reconoce el grupo, el disco, y nos dice en qué banda sonora se oye. Decididamente Carrie es una tía con una vida musical clandestina, como otros tienen un hijo secreto o un zulo donde guardan bolsas de basura llenas de billetes. Estoy por creer que en las cajas de los CDs de El Canto del Loco esconde rap, música experimental y hasta ópera. No puedo imaginar qué habrá en los de Bisbal.
El tipo nos relata sus credenciales: colarse en un concierto de Daniel Barenboim en la catedral de Granada, encerrándose en la sacristía, donde estaba ensayando la orquesta. "Todo muy natural". Como los yogures.
En esta ciudad hay chicas que para llegar a una fiesta tienen que protagonizar una road movie. A quienes un semáforo en rojo les conjura un vecino de la infancia en el asiento del copiloto. Así, al abordaje. Se cuenta 3 años de ausencia, y luego 5 y con una llamada y un café se contará 10, pero ahora se apea camino de las alcachofas con jamón de su chico.
Hay chicas a quienes el coche deja tiradas subiendo cualquier cuesta, y que se dejan auxiliar por una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre que arranca y huye con su amiga dentro. A quienes su amiga, Larrós, les dirige una mirada de alarma mientras se aleja porque ha pasado de protagonizar Little Miss Sunshine a Paseando a Miss Daisy. Chicas que aparcan el coche en cualquier sitio y llaman a Carrie para que venga a rescatarlas antes de que la siguiente escena sea el beso final de Thelma y Louise.
Cuando estas chicas llegan a las fiestas ya sólo quedan tres refrescos y frutos secos japoneses con los que llenarse los bolsillos.

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26 noviembre 2006

Habemus sofá

- Mamá, ¿puedes ir a casa el lunes por la tarde, para abrir a los que llevan el sofá?
- Tendrás que dejarme las llaves
- Están en casa de Lachusa. Cógelas de allí.
- ¿Y si se pone de parto?
-......
Esta pregunta sólo la puede dejar así en el aire una madre. Viene con el cargo. Es nombrarte la naturaleza madre y comenzar a inflar interrogantes y lanzarlas al aire como globos, o como burbujas... que atraviesas luego toda tu vida de hija sobrevolada por decenas de globos, o de burbujas, o lo que a tu madre le dé por inflar, con algunas de las claves para el éxito de tu vida como adulta:
- ¿Has dejado la cama hecha por si roban, o hay un escape de agua, o un incendio y tiene que entrar alguien de improviso?
- ¿Llevas las bragas limpias por si te pasa algo y tienes que ir al médico?
Estos dos clásicos demuestran que no hay excusa que valga para la limpieza y el orden. Aún en las situaciones más desesperadas, puedes hacerte la Rainman ante las catástrofes y seguir ahí, doblando tu ropa mientras comienzas a chamuscarte o entrando a un H&M a comprarte unas bragas con medio apéndice fuera.
Pero... ¿por qué en estas situaciones que te ponen en el brete de reaccionar ante la hecatombe mayúscula o ante tu pequeña miseria siempre hay un uniforme implicado? Policías, bomberos y médicos, preferentemente. Porque al final éstas son de las contadas ocasiones en las que vas a ir a parar sin esperarlo frente a un hombre con uniforme. Y como alguien capaz de verse todas las series americanas de profesiones que salen en la tele, doy fe de que las expectativas son muy altas.

Claro, con este razonamiento ya no parece tan inverosímil que ante las primeras contracciones del parto, el primer impulso sea ir a depilarse (lo que se explica menos es comerse, además, un bocadillo de mortadela, pero hay personas y personas). Documentado, 3 de cada 4 mujeres conocen a alguien que lo ha hecho.
Pero recordemos que la duda de mi madre era:
- Cuando tu sobrina se pone de parto, ¿hay que ir al hospital o quedarse a esperar un sofá?
Parece ser que lo segundo. Desde luego, fue lo que ella hizo, como cabía esperar.
P.S.1: No, sólo me han servido el sofá, no al que me lo vendió.
P.S.2: Acaba de salir el anuncio de los Chiquiprecios y es verdad que asusta; lo dobla esa niña llena de mocos que sale en Buenafuente.

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24 noviembre 2006

¡Alejandrista soy!

Pues eso, desde el 21 de noviembre, alejandrista soy, en Alejandro creo, a Alejandro amo.

Ay, ha sido un flechazo...

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02 noviembre 2006

Los pelos de la burra

Ladycaña, musa de poetas que te regalan flores y me dejan a mí los insectos, has estado más Calista que nunca. Séase, que asomándote la primera al blog a acusarme de wikiwera, bookliante y hasta de filoyanki esperas apartar de tí las sospechas de los misteriosos regalos que estoy recibiendo. Con tus antecedentes, no has tenido más remedio que camuflarte de víctima de la trama para disimular. Y sin pruebas, sea dicho. Para que no me acuses de lo mismo, expongo aquí los pelos de la burra.
La dicha Carmen me remite un marcador de libros con un primer plano de Yo y mi llama, pues llama se llama, vamos a la clínica dentaaaal, yo y mi llama, pues llama se llama en el reconocimento anuaaaal, cosa tan fenomenaaal. En ese inglés que te sacudes, no sé qué traducción de la cancioncilla puedes haber cometido para que una canadiense me envíe la foto de la protagonista. Llamándose Carmen, claro está, ya hay un cabo para atar. Que se anuda perfectamente con tu mini-yo, cantando a coro con mi mini-mí esta canción delante de la tele con un tono pastoso de Nocilla.
Segundo y espectacular regalo: una edición flamante de Folio de Le petit prince, recien caída del asteroide B 612 que hasta se le habían pegado unas estrellas por el camino. Con dibujos a todo color; mi preferido siempre el de la boa cerrada. Me lo envían los niños del mundo franqueados por un tal bestfriends; los ricos se ve, los que tienen el frigo lleno de marcas registradas (eres una mina, Javi). Con los pocos niños del mundo que conozco hay que ver ellos qué bien me desencriptan.

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